Seguro que alguna vez has tenido que dejarte los ojos intentando leer menús ininteligibles, caóticos o con exceso de información. Este tipo de cartas no logran conectar y provocan un efecto negativo en el cliente. El diseño, color o formato del menú son algunos de los elementos que se deben decidir con mimo y cuidado para que la carta refleje la idea de negocio y potencie la imagen del establecimiento. Pero estos no son los únicos detalles que harán que los clientes se decanten por un restaurante u otro.
Si alguien te pregunta qué es lo que valoras de un restaurante para elegir comer o cenar en él seguramente respondas que el tipo de comida, la decoración, la presentación de los platos, las críticas o los precios. Sin embargo, una investigación de la Universidad de Ohio publicada en el Journal of Business Research revela que la presentación y la tipografía de los menús ocupa un lugar destacado en nuestra elección final.
Para llevar a cabo el estudio los participantes realizaron dos pruebas: en la primera debían imaginar que estaban en un restaurante en el que se ofrecía comida saludable, con ingredientes locales y comprometido con la sostenibilidad, mientras que en la segunda prueba se trataba de un restaurante más. En cada uno de los establecimientos imaginarios a la mitad de los comensales se les dio una carta escrita a mano y a la otra mitad un menú impreso. Después cada uno de ellos completaron un cuestionario sobre los sentimientos que les había generado cada uno de los menús, el toque humano, la salubridad de la marca o las probabilidades de compartirlo en las redes sociales.
El estudio concluye que los clientes valoran mejor los menús escritos a mano y no a máquina ya que reflejan, esfuerzo, humanidad y corazón. Stephanie Liula, directora de la investigación explica que la “tipografía manuscrita crea una ventaja competitiva al transmitir una sensación de tacto humano, que posteriormente induce a la percepción de que el amor está imbuido simbólicamente en la oferta del restaurante”. Además, la investigación señala que los textos escritos de puño y letra presentan una curvatura imperfecta que provoca que percibamos la comida como más sana. Eso sí, este concepto no es válido para todos los restaurantes, así que escribir el menú a mano no bastará para volver saludable la comida rápida.
Otro dato curioso que han obtenido los investigadores es que la tipografía escrita a mano puede hacer que una persona que come sin acompañante se sienta menos sola. El estudio explica que cuando un comensal lee el menú y ve que está escrito a mano de forma inconsciente siente un toque humano, una cercanía y sobre todo un esfuerzo por parte del restaurante que ha dedicado un tiempo a redactar con mimo y cuidado el contenido de la carta.
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Esperamos que te haya gustado " Por qué los menús escritos a mano son más efectivos ".
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