Los autores de novelas online dirigidas a un público muy específico se convierten en los escritores con más ingresos del país.
Un nuevo tipo de escritores está triunfando en China: los autores que sólo publican en la web. Un producto editorial que convierte a sus autores en los mejor pagados, y que, paradójicamente, amenaza con dejar atrás la era del papel en el mismo país que lo inventó.
Adaptación a un público muy concreto
Una de las claves de este éxito radica en que estas obras están orientadas a un nicho de lectores muy específico: Los llamados «diaosi», término que define a los varones jóvenes, de bajos ingresos, que todavía viven con sus padres y que buscan en la literatura virtual -preferentemente la de temas de héroes o de fantasía, lo que allí se llama xuan huan– una forma de escapar de su día a día. Los triunfos que se narran en las novelas les ayudan a superar los problemas de no hallar trabajo, no tener dinero o no encontrar esposa, las tres preocupaciones principales de este colectivo.
Un segundo segmento de público son lectores rurales que han dado el salto al mundo online directamente al móvil, sin pasar por el PC.
Adaptación del formato
Al ser usuarios jóvenes, el canal ha de ser digital. Además, la mayor parte de la lectura tiene lugar en el transporte público, en los momentos que tienen libres para leer en su móvil. Por eso las historias se han adaptado en capítulos breves, perfectos para consumir durante estos desplazamientos, y que al mismo tiempo son compatibles para extender la historia durante cientos de capítulos.
También, para evitar la censura oficial, muchas de estas novelas se sitúan en un pasado fantástico y con ribetes históricos, lo que les da más posibilidades de superar sus barreras.
Y, con el fin de reforzar la conexión con los lectores, las entregas se apoyan en ilustradores e imágenes cercanas al mundo del videojuego.
Adaptación del modelo de negocio
Otra particularidad de estas novelas es que no se compran de una vez; los lectores pueden ir adquiriendo nuevos capítulos a través de micropagos a medida que avanza la historia.
En realidad, este formato no tiene nada de innovador; lo que hace es retomar la tradición de las novelas por entregas del siglo XIX que escribieron autores tan conocidos como Víctor Hugo o Benito Pérez Galdós. O los menos conocidos «escritores industriales» o «escritores a vapor» que empleaban una técnica similar para llegar a las entonces emergentes clases bajas y medias. También entonces los grabados acompañaban a las historias, y en muchos casos las inspiraban sobre la marcha, combinados con las cartas que llegaban de los lectores con recomendaciones y peticiones para trama y personajes.
En el caso actual, las ventas se producen a través de portales de entretenimiento generalista con los que los autores alcanzan acuerdos directos para repartirse los ingresos. Este canal es más cercano a sus usuarios, que pueden entrar a visitar un post sobre su videojuego favorito y acabar contratando la descarga del primer capitulo de una serie literaria de tema parecido.
También están emergiendo sitios ya orientados a este tipo de literatura, como Qidian.com, que se estima tiene 1,78 millones de lectores diarios.
El sistema es sofisticado, ya que permite al mismo tiempo a los autores «novatos» pagar una cuota por subir su contenido, y cobrar una cuota distinta a los usuarios que lo consumen. Como consecuencia, los escritores registrados deben trabajar constantemente para satisfacer a los ansiosos lectores y justificar su propia cuota de acceso. Los ingresos comienzan a llegar desde el primer lector, aunque sean unos pocos céntimos, y ello motiva aún más a los escritores a continuar.
Los lectores pagan de 0.02 a 0.07 RMB -unos centimos de euro- por cada mil palabras leídas, y pueden recomendar o dar «propinas» e incentivos económicos por escribir a su autores favoritos. Por ejemplo, proponiendo personajes o pidiendo cambios en la trama. Así, además de aumentar los ingresos más allá de los que proporciona la lectura, se crea un punto e encuentro en vivo entre autor y lectores que generan un crecimiento mutuo.
Resultados por millones gracias al esfuerzo continuo
Sitios como Qidian tienen lo que ellos llaman «autores de platino», y sus fans llaman «Dashen» o «Grandes Dioses», que son los que generan más seguidores y más ingresos. Pero este es un mercado competitivo, ya que sólo hay 29 escritores platino, entre más de un millón de autores registrados.
El crecimiento es una combinación de calidad y éxito de su contenido, pero también de su capacidad de interaccionar con sus tribus de seguidores. Una simbiosis perfecta entre autor y público, entre marca personal del autor y lo que su público desea.
Al tener millones de seguidores, las cifras de ingresos de estos escritores son también millonarias. Pero a pesar de recibir una remuneración que les coloca entre los privilegiados de China, muchos mantienen una imagen de humildad, reforzando su propio origen, y cuidando así la conexión con la simpatía de los «diaosi» que constituyen sus lectores.
Y estos autores son también en cierta medida esclavos de sus ingresos. producen de 8.000 a 10.000 palabras al día, sin vacaciones, como señala el WSJ. Uno de ellos ha entrado en el Libro Guinness de los Records por haber escrito sin parar durante 100 meses y alcanzar una cifra de 260 millones de lectores. Eso sí, con un trabajo continuado que ha durado 10 años.
El esfuerzo, el foco en el público, saber cuáles son sus temas preferidos y la adaptación del canal a la manera de consumir los contenidos son la clave de las marcas personales de estos autores elocuent.
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