La gestión de una marca personal difiere mucho de profesión a profesión, de situación laboral a situación laboral. De proyecto personal a proyecto personal.
En el caso de los emprendedores el reto de la marca personal es doble. Deben ser capaces de construir una marca personal que apoye a su proyecto, sobre todo en las primeras fases de ideación y financiación, pero a su vez deben crear la marca del propio proyecto.
En determinados momentos ha existido una tendencia a pensar que de un emprendimiento debían salir dos marcas fuertes, la del proyecto de éxito y la del propio emprendedor como una especie de gurú.
Los casos que condujeron a la crisis de las puntocom o los persolnalísimos casos de Steve Jobs: un hombre y su marca, Microsoft, o Duckemberg-Facebook han hecho creer a muchos emprendedores que, además de llevar adelante su proyecto con éxito, logrando retornos económicos, el premio extra sería la fama.
Sin embargo, el que exista o no una marca personal del emprendedor en paralelo o superando a la de su proyecto, es, al final de día, una decisión personal e intransferible.
Existen casos de verdaderos maestros en el arte de mantener una marca de o (incluso de proyectos) en perfecta sincronía . Pero no son pocos los emprendedores que en su afán de convertirse en el nuevo «gurú» de moda en los fridays, wednesdays o festivals de turno, han eclipsado con sus egos proyectos interesantes.
Sin embargo, pocos recuerdan los nombres de los fundadores de Terra, Altavista,…pero tampoco conocemos (al menos el gran público) los nombres de los creadores de Angry Birds, de Instragram, y tantos otros proyectos millonarios en éxitos y retornos para sus creadores.
Por tanto la premisa sobre qué marca debe primar, la del emprendedor o la del proyecto, es que el tiempo manda.
En la primera fase de emprendimiento cuidar la marca personal del emprendedor es fundamental ante terceros. La credibilidad del proyecto depende en gran medida de la persona o personas que la van a gestionar en sus primeros pasos.
Sin embargo, desde el momento del lanzamiento comercial del proyecto, es recomendable que sea esta marca la verdadera protagonista de todos los esfuerzos. El emprendedor debe, como cualquier ejecutivo vinculadoa su proyecto, ser capaz de mantenerse en un elegante – e inteligente- segundo plano.
Hay ejemplos excepcionales a largo plazo que han logrado hacer de sus marcas personales sinónimo de la marca del proyecto como Richard Brandson (Virgin) . Pero hay casos de fracasos, aunque el tiempo haya hecho olvidarlos. Steve Jobs: un hombre y su marca, precisamente, sufrió de su exceso de marca personal y fue incluso despedido de su propia compañía por el choque entre su ego-marca y la de Apple.
No debe, sin embargo, desactivarse totalmente la marca personal. Un ritmo razonable de actividad es recomendable.
Si el proyecto emprendedor acaba en éxito – de ventas, de exit o salida a bolsa – entonces el emprendedor podrá reactivar su marca personal sobre la base de un éxito comprobado, no sobre expectativas.
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