The Guardian cree que los discursos de los políticos son cada vez más tontos. Un  reciente titular y el  gráfico que  lo acompañaban con este mensaje tuvieron cierto éxito en las redes sociales.3-1

El análisis de la evolución histórica del discurso del «Estado de la Unión» en EEUU realizado por The Guardian se tituló  «los discursos se han hecho cada vez más …tontos» y sus datos así parecían demostrarlo.

En el análisis se empleó el test de «legibilidad» de Flesch-Kincaid, y el gráfico resultante es muy claro. Algo está bajando.Los datos parecen no engañar, y «algo» en  los discursos presidenciales ha bajado de puntuación: según el Guardian, lo que ha bajado es su «nivel lingüístico».state of the union dumber discurso de estado de la nación más tonto (Una versión interactiva del gráfico está aquí: link)

The Guardian hace un gran titular que no se relaciona con la verdad: no son discursos más tontos


Sin embargo el titular de The Guardian – «los discursos se vuelven más tontos» – es engañoso. El test empleado relaciona la longitud de palabras y silabas con el total de palabras y oraciones, no la dificultad de los conceptos empleados. Por tanto no mide si un discurso es más «listo» o más «tonto».

El test supone que una nota de 90-100 es aceptable para un estudiante de 11 años, una nota de 60-70 es legible para un estudiante medio de 13 a 15 años y una nota de 0 a 30 es solo comprensible por licenciados universitarios. O sea, que la escala que nos muestra el gráfico es en realidad de «legibilidad» o de complejidad estructural. Y en contra de lo que anuncia el discurso la caída del indice de legibilidad significa que precisamente según la escala empleada los discursos políticos se están volviendo más difíciles de entender, y por debajo de la formula se detecta otro efecto… los discursos están reduciéndose.

Qué está pasando en realidad con los discursos políticos: se están perdiendo contenidos

El test empleado para la gráfica no mide la complejidad de los conceptos, sino que en realidad mide la «legibilidad». Tampoco mide la calidad de los discursos. Y desde luego no mide la inteligencia de los políticos, ni tampoco la de los receptores de los discursos. Y la formula empleada lo que mide es la legibilidad basada en la longitud de los elementos y su número. Por tanto, lo que sí es cierto que parece que  el contenido en palabras y frases se ha reducido con el paso de los años, como puede verse en este otro gráfico. SOTU-words Aunque parece dramático, en realidad el salto que se produce en 1913 se debe a un cambio en el formato. Hasta esa fecha eran discursos escritos que se presentaban al congreso y, desde esa fecha, pasaron a ser verdaderos discursos para ser escuchados.

O sea, que no tenemos aún respuesta a lo que está pasando. Para ver de forma más clara lo que sospechábamos  -menos elementos en los discursos.-  estos gráficos lo demuestran de forma muy clara (bajada de palabras totales, pero caída dramática para la longitud de las frases): SOTUwsWord Length and Sentence Length in State of the Union Addresses:  Mark Liberman

 

Es decir, los discursos se están volviendo más «sencillos» formalmente. Menos palabras y frases mucho más elementales.

 
 

Más elemental supone que algo se está perdiendo más allá de las palabras


Al margen de la gráfica de los discursos, y sin necesidad de hacer el análisis matemático,  la reducción de un parametro en la escala sí que tiene una explicación: Los discursos están perdiendo contenidos.

Cuando algo pierde contenido significa que elementos como la emoción, los giros retóricos, la belleza del lenguaje, también se pierden. Así lo que en realidad mide el gráfico no es la inteligencia del discurso, sino cuanto han perdido capacidad de emocionar. Capacidad, por tanto, de convencer. Mientras que algunos pueden interpretar que esto supone una mayor cercanía – hablar al hombre de la calle –  sin embargo la complejidad del lenguaje no supone necesariamente que sea más difícil de entender. Porque el hombre de la calle no es tonto….pero sí humano

Al contrario, muchas veces un discurso es mejor precisamente porque para transmitir un mensaje sencillo emplea palabras o construcciones más complejas. Se puede hacer un discurso con más palabras o «bits de información» pero si el discurso se centra en una idea fuerza, esos bits adicionales, si están adecuadamente regulados pueden mejorar la efectividad del concepto que se quiere lanzar. Veamos, por ejemplo la longitud de los discursos de aceptación del Oscar de Hollywood –  donde precisamente se está produciendo el efecto contrario con discursos más largos – y con un marcado aumento de la emotividad y del «espectáculo» de audiencia. oscarspeeches

 

 

Elocuent: más palabras no es menos efectivo

 

Pongamos un ejemplo muy sencillo.

A la hora de enamorar a una joven, un poeta puede elegir decir algo sencillo y con fuerza a su amada o complicar el contenedor (las palabras) aumentando la fuerza del mismo mensaje sencillo.

Opción 1. Construcción reducida La primera opción sencilla sería decir «Eres guapa»

Opción 2. Construcción Elaborada Un poeta podría emplear una mayor longitud y complejidad diciendo:

«¿Qué es poesía?, dices mientras clavas

En mi pupila tu pupila azul.

¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.»

No hay que tener las pupilas azules para darse cuenta de que ambas construcciones transmiten lo mismo. Pero la que logra atraer, incluso «meter» a la audiencia en el discurso y convertirla en algo mejor, es la segunda.

Así que vemos como a igual mensaje fuerza una estructura algo más trabajada puede reforzar el mensaje, no ocultarlo.  

El consejo Elocuent: mensaje sencillo, palabras adecuadas

Por eso cuando recomendamos discursos «sencillos» nos referimos a los mensajes que se quieren transmitir. Estos mensajes elementales que un discurso trata de transmitir han de ser pocos y sencillos.

El contenedor, las palabras, las frases, las imágenes, deberán acompañar al mensaje,reforzarlo sin distraer en la medida de lo posible.

En definitiva, no es mala idea aumentar un tanto la estructura, si esto mejora la efectividad, pero sin excederse llegando a discursos engolados.  

Tan malo es limitarse al mensaje en bruto del ejemplo, como emitir una carta de amor de 40 páginas.

Si logramos que ese contenedor  – que son las palabras del discurso – sea más amplio, pero a cambio logramos meter en él más emoción, más cercanía con el receptor, más armonía,y sobre todo más coherencia con el mensaje esencial:  lograremos un mejor discurso.

 

En resumen:  «No me hables sencillo, háblame bien»

 
 

Conclusión: ¿Son más tontos los políticos?

 

Volviendo a los políticos, si siguen en la caída de contenido, y por tanto de calidad de sus discursos, pronto tendremos discursos elementales como «Vótame» . 

Si siguen eliminando los mensajes con fuerza o con emoción con miedo a «ofender o a provocar»

Si, como pasa en muchos casos, se está tendiendo a discursos vacíos de mensajes en los que las palabras tratan de ocultar el vacío total de ideas o propuestas.

O sea, que si están haciendo discursos menos estructurados o discursos sin contenido. Si están haciendo discursos que no emocionan, que no motivan, que no enseñan, o no explican.

Entonces sin duda, , se están volviendo tontos.

 

 
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Víctor Sánchez del Real
Creador de Elocuent. Llevo décadas ayudando en comunicación y marca a personas, emprendedores y PYMES (a las grandes cojo el teléfono solo si son simpáticas). Durante dos legislaturas fui Diputado en el Congreso. Si quieres convertirte en un gran comunicador navega ahora mismo por Elocuent o escucha nuestro podcast. Comunicador(Prensa, Radio y TV), profesional de la Publicidad y 20 años en Consultoría de Comunicación y Reputación, fundando y liderando el que ha sido uno de los mayores grupos españoles(ImageGroup). Me han escuchado (a veces hasta hecho caso) grandes marcas y directivos - Nokia, Motorola, Telefónica, Cisco, Warner, ICEX,Diageo, BBVA, L'Oreal, BlackBerry, Imaginarium, Ferrari, Acciona,... - también políticos, emprendedores, empresarios y personalidades públicas. A todos les conoces, en parte por mi culpa. Si no les conoces, también es culpa mía. Experiencia en escuelas de negocio -IESE, ICADE, IE, ENME,Escuela Europea de Negocios,Master Real Madrid, IIR, ADEN... - Universidades como IE University, Complutense.